El corazón latió muy fuerte dentro de la pequeña, que con ojos llenos de ilusión, pero misteriosos, miraban el mar casi devorándolo, aunque eso suene imposible para cualquiera y mas viniendo de una niña tan pequeña.
A un par de metros de ella se encontraba un hombre, la verdad lucia bastante joven para su edad. Le quedó mirando fijamente... No sabía que era lo que podía ver a través de aquellos ojos grises tan extraños, pero sabía que no podría vivir lejos de ella de ahora en adelante.
Pasaron un par de minutos, que para el fueron como años, cuando derrepente y sin previo aviso una ola cristalina, brillante y grisasea como los ojos de aquella niña apareció y cubrió violentamente la orilla de la playa. Él de manera casi instantánea corrió a donde estaba la niña, pero cuando llegó ella ya no estaba...el mar se la había llevado.
Tendido en la arena sintió un leve ardor sobre su espalda a causa de los débiles rayos de sol, se volteó hacia el mar desesperado buscando algún rastro de ella, y como un espejismo pudo ver nuevamente esos ojos maravillosos, adentrándose en el océano como si siempre hubiesen sido parte de el.
Se paró, las lagrimas no paraban de caer de su rostro, caminó derrotado sin saber a donde ir, estaba totalmente perdido, desconcertado, algo muy extraño habia pasado esa tarde, un hecho casí mágico, con esa niña parada ahi en la orilla de la playa... como un fantasma que se transformó en sirena y se llevó toda su felicidad hacia lo mas profundo del océano, donde el jamas podría llegar.